Max, alumno de Ingeniería Industrial, es representante peruano en el mundo de la ancestral danza de las tijeras, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Él ha recorrido diversos países europeos demostrando su talento en concursos y festivales internacionales. Limachi nos cuenta cómo nació su pasión por la danza, sus experiencias de viaje y futuros proyectos académicos como estudiante de la UTP.

Travesía artística

El interés de Max por la danza nació cuando tenía 5 años. “Mis padres me decían que mi abuela bailaba la danza de las tijeras, mientras mi abuelo tocaba el violín. Desde entonces, yo jugaba a bailar utilizando las cucharas de mi mamá”, comenta.

“A los 14 años, comencé a aprender los pasos y las coreografías de esta danza. Soy autodidacta y se me hizo muy sencillo porque siento que llevo el talento en la sangre”, menciona. Además, debido a que este arte requiere de habilidades acrobáticas, él decidió entrenar en el IPD de Huancayo durante tres años. Sus primeras presentaciones artísticas las realizó en reuniones sociales y, gracias a esto, se le presentó la oportunidad de viajar a Europa para formar parte de una gira de seis meses bailando la danza de las tijeras.

“Mi viaje inició en junio de 2018 junto a un grupo de 30 peruanos danzantes. Nos presentamos en el Festival de Hungría en dos categorías. Junto a mi compañero de danza obtuvimos el primer lugar y fuimos reconocidos como los mejores bailarines del evento”, menciona.

Con la delegación peruana también participó en festivales en Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Francia y otros países europeos. Actualmente, Max divide su tiempo entre el entrenamiento constante en la danza de las tijeras y sus clases en la UTP. Con los conocimientos que adquiera en Ingeniería Industrial, piensa iniciar un emprendimiento. “A mis compañeros de la Universidad les recomiendo que potencien su talento y luchen por sus sueños. No se detengan ni se rindan hasta conseguir ser profesionales de éxito”, concluye.